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Preguntas frecuentes

Una oposición es un procedimiento selectivo mediante el cual, a través de una serie de exámenes de carácter eliminatorio, las Administraciones Públicas seleccionan a los candidatos más preparados para cubrir las plazas de funcionarios que tienen vacantes.
Para poder participar las pruebas de selección de funcionarios se exige:

  1. Ser español o poseer la nacionalidad que en cada convocatoria se establezca, conforme a la normativa vigente.

  2. Tener cumplidos 16 años en la fecha que termine el plazo de presentación de instancias.

  3. Estar en posesión de la titulación necesaria o haber cumplido las condiciones para obtenerla en la fecha que acabe el plazo para la presentación de instancias.

  4. No padecer enfermedad o defecto físico que impida el desempeño de las correspondientes funciones.

  5. No hallarse inhabilitado para el desempeño de funciones públicas por sentencia firme, ni haber sido separado de cualquier Administración o empleo público por expediente disciplinario.
Cada administración convoca oposiciones a medida que necesita cubrir vacantes. Para ello en el primer trimestre de cada año publica la “Oferta de Empleo Público” en la que se concreta el número de plazas que va a convocar ese año.

Una vez publicada la “Oferta de Empleo Público” se van publicando en el Boletín Oficial las convocatorias de los procedimientos selectivos. En ellas se hace constar:

  1. Número de plazas que se convocan.
  2. Requisitos exigidos para presentarse.
  3. Forma de desarrollo de las pruebas y de su calificación.
  4. Calendario para la realización de las pruebas.

En cada Administración es diferente.

En la Comunidad Autónoma de Murcia, se convocan mediante una Orden de la Consejería de Presidencia y Hacienda que se publica en el Boletín Oficial de la Región.

Las de la Adminisración General del Estado se convocan mediante Orden Ministerial que se publica en el BOE.

Hay que estar pendiente de la publicación de la convocatoria para el cuerpo al que se desee opositar.

Una vez publicada y dentro del plazo que se conceda en la propia convocatoria, presentar una solicitud de admisión al procedimiento selectivo y a la vez pagar una tasa que también se especifica en la convocatoria.

La superación de los exámenes de una oposición requiere un trabajo de preparación continuado durante cierto tiempo, que varia en función del cuerpo en el que se pretende ingresar, de la calidad de los materiales de que se disponga para el estudio y como no, de la capacidad del propio opositor.

Los “métodos” clásicos son tres:

  • Preparación personal. El opositor por su cuenta dedica un tiempo a recopilar legislación, manuales de diversas materias, etc., a elaborar sus propios temas y por supuesto a estudiar. Este sistema tiene la ventaja indiscutible de que es con el que se profundiza más en los conocimientos requeridos, siempre y cuando se acierte en la dirección adecuada y tiene el inconveniente de que la preparación suele hacerse muy larga, y por el hecho de que se haga en solitario, a veces lleva al desánimo.

  • Preparación con un preparador personal. El opositor estudia bajo la dirección de un preparador y acude a él periódicamente para que éste evalué la marcha de la preparación. A veces el preparador facilita el material básico para el estudio. Este sistema tiene la ventaja de un trato muy personal entre el opositor y el preparador y que éste orientará la preparación. Los inconvenientes son que no se evita el sentimiento de soledad que antes o después acaba llegando y el precio, ya que el preparador puede atender a un número muy limitado de opositores.

  • Preparación en centros especializados. En estos centros se forman grupos de opositores que se reúnen con un preparador común, normalmente un día a la semana, para resolver dudas, recoger material y evaluar la correcta evolución de la preparación. Este sistema tiene todas las ventajas del anterior ya que, a condición de que el grupo no sea muy numeroso el preparador sigue manteniendo un contacto y un conocimiento personal de cada opositor. Como ventaja adicional la existencia de los grupos, lejos de ser un inconveniente, refuerza y dinamiza la preparación, ya que marca un ritmo común de todos los integrantes del grupo, las dudas y problemas de unos suelen despejar las de otros o, por el contrario, hacer recapacitar sobre las que en principio no se tenían y sobre todo se evita el sentimiento de soledad y desánimo al relacionarse con compañeros con similares problemas.